
¿Y tú, prefieres saber o ser un ignorante?
La incertidumbre positiva ¿Saber o no saber? Hay una expresión que utilizo mucho y que creo que viene aquí pintiparada: la Incertidumbre Positiva. Esta expresión me gusta asociarla a aquellas situaciones en las que no sabes a ciencia cierta qué va a pasar ante una elección o vivencia, pero que el resultado final, pase lo que pase, casi seguro que va a aportarte algo positivo (placer).
Y si no sale tal y como esperabas, no vas a salir mal parado. La vida sigue y a la próxima tendrás otra oportunidad. La Incertidumbre positiva. Pero hoy nos vamos a dedicar a las incertidumbres y a expresiones del siguiente estilo: “Pues yo preferiría no enterarme de nada”,“lo feliz que se puede ser sin saber tantas cosas”,“Tengo envidia del ignorante. Mira qué feliz que es”.
¿Saber o no saber? ¿Un estudio? Sí, hete aquí: The Psychological Consequences of Predictive Testing for Huntington´s Disease”
¿Dónde se publicó? En New England Journal of Medicine.
¿Los autores? Wiggins, Whyte, Huggins y otros colegas.
¿Qué año? 1992.
¿Puedo seguir?
Estudio sobre exámenes de la enfermedad de Huntington –trastorno genético heredado que produce alteraciones psiquiátricas y motoras, de progresión lenta e imparable y muerte temprana-. Las personas a las que se dijo que corrían un menor riesgo de padecer la enfermedad, transmitieron durante el año posterior a las pruebas, que tenían mejor salud mental que aquellas personas a quienes se dijo que su riesgo no había cambiado.
¿Ya? ¡Menudo estudio! #Sabránquedaodescansaos. Sí, pero fíjate en la segunda parte, ansias.
Mejor saber aunque la noticia sea negativa
Lo curioso es que a los que se había informado de que tenían un riesgo mayor de padecer la enfermedad, también transmitían que tenían mejor salud mental que el grupo cuyo riesgo no cambiaba. ¡Vaya! Los dos grupos que habían recibido información, aunque uno de ellos fuese negativa, habían disminuido la incertidumbre y se sentían mejor, en comparación con otro grupo de riesgo invariable.
Parece que es mejor saber, aunque la noticia no sea de tu agrado (a no ser que tengas una personalidad obsesiva), y así, tal vez de esta manera, puedas saber qué hacer con tu vida.
No obstante, respecto a las cosas que nos pueden producir placer, mejor tener ese puntito de incertidumbre positiva y unas expectativas a ras de suelo. ¿Cómo saldrá la cita? ¿Cómo quedará el partidito de esta noche? ¿Me gustará la cena de ese sitio? ¿Algún regalo sorpresa el día 6 de enero?
Respecto a otros terrenos, ¿te gustaría saber si tu pareja es infiel? ¿Te gustaría saber que va a pasar con tu vida en los próximos 15 años? Certezas e incertidumbres. Yo lo tengo claro, creo. ¿Y tú?
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